Me sentía con respecto a ellos como una deidadtutelar.
2
En primer lugar se dirigieron al templo de la deidadtutelar de la ciudad.
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Cuando el estandarte era una deidadtutelar y todo eso.
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Después de retirar los cadáveres, ordenó que la Señora fuese la deidadtutelar de la ciudad.
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Diosa de Elkab, deidadtutelar del Alto Egipto.
Uso de divinidad tutelar en español
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Su divinidadtutelar, encarnada en su benefactora, la señora Amelia Hookstratten, se encargó de ello.
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Hoy, Sukarno se ha convertido en la divinidadtutelar de todo lo relacionado con la magia en Indonesia.
3
Apiada a la divinidadtutelar de este navío devolviéndola el velo sagrado y el sistro que te llevaste.
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Pues mucha y muy insana confusión cubre los ojos de quien convierte al deseo en divinidadtutelar de sus caminos.
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El primero dábase por totalmente abandonado de la divinidadtutelar, el segundo por perdido en abismos de confusión y descrédito.
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Por otra parte, a una mujer -laesposa de Lot-rendía culto toda la ciudad, como a su divinidadtutelar.
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Por eso, es la divinidadtutelar de los artesanos, el protector de todos los oficios manuales que permiten subsistir a los hombres.
8
En la mayoría de los templos japoneses, se venden a los peregrinos pequeñas estampas de la divinidadtutelar, grabados baratos sobre papel fino.
9
Durante los días de preparación, tuvo Alcione que vivir en el templo todo lo cerca posible de la imagen de la divinidadtutelar.
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La recogí y reconocí, grabado en un ligero relieve, el dibujo de Mjölnir, el martillo encantado que maneja el dios Thor, mi divinidadtutelar.
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También hizo erigir templos a las divinidadestutelares de Coptos y de Bubastis.
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Los Tepehuas -divinidadestutelares en el olvido-resucitan al fundir su lluvia, pródiga en palabras.
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Por ello dijo Constant que "las formas son las divinidadestutelares de las asociaciones humanas".
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El temor de ser destituido de su cargo por las divinidadestutelares le impedía tomar cualquier decisión.
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-Verdadera divinidadtutelar es D. Agustín para ese buen señor.
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Dos marineros, armados de gruesas cuerdas, se precipitaron sobre nosotros ansiosos de aplacar sus divinidadestutelares con el derramamiento de nuestra abyecta sangre.